¿Cuántas veces has sentido que eres tu peor enemigo?
¿Que no necesitas de nadie más para lastimarte y mantenerte en un estado miserable de ser porque te tienes a ti para cumplir esa implacable tarea?
¿Cuándo fue la última vez que te diste cuenta que eres tú el único que acaba con su propia existencia y no puedes hacer nada al respecto (aunque una parte de ti quiera)?
Si estas preguntas te resultan muy familiares es porque has desarrollado hábitos autodestructivos, mismos de los que en su mayoría ni cuenta te das que están ahí latentes y presentes para no dejarte avanzar sino por el contrario, para tirarte al piso cada vez que intentas levantar un poco la cabeza.
Primero hay que recordar que todos somos seres de hábitos, cada acción, pensamiento y emoción que generas es resultado de los hábitos que dirigen tu vida.
Los hábitos fueron creados desde tus primeros días de vida y en su mayoría quedaron impresos en tu subconsciente hasta los 7 años de edad, después tu vida ha sido solo repetirlos y repetirlos y repetirlos.
En el desarrollo humano y para facilitar el entendimiento, podemos decir que hay únicamente 2 grandes grupos de hábitos:
● Hábitos constructivos ● Hábitos destructivos
Los primeros son todos aquellos que te acercan hacia la plenitud, hacia tus más altos estándares de grandeza como ser viviente, hacia la liberación de ese poder interno que habita en ti, es decir son hábitos auto-constructivos.
Los segundos son todos esos que te alejan de tu más elevado poder como ser humano, son los que te mantienen en estados de enojo, tristeza o frustración, son aquellos hábitos que te impiden muy a tu pesar, poder vivir una vida feliz, esos son los hábitos autodestructivos.
¿Pero por qué tienes y mantienes estos hábitos autodestructivos si evidentemente no los quieres, ni te ayudan en la evolución de consciencia?
La respuesta podría parecer hasta broma pero así es… porque te funcionan… porque a través de la repetición de esos hábitos autodestructivos sigues reafirmando tu “forma de ser”. Si dejaras de lado esos hábitos entonces ¿quién serías? ¿de qué te agarrarías para justificar lo mal que va tu vida? ¿dejarías de ser víctima o victimario y entonces? ¿qué pretexto tendrías para mostrarle al mundo lo infeliz que eres?
Que fuerte ¿verdad? Pero así es, toda conducta autodestructiva tiene el mismo objetivo.
Si tu crecimiento como ser humano desde tu más corta infancia hasta la adolescencia y juventud estuvo carente de afecto, reconocimiento, apoyo, placer, comprensión, seguridad, conocimiento e inspiración entonces tuviste que llenar ese espacio con otras conductas, con otros hábitos que son todo lo contrario a lo que por derecho divino te correspondía y fue entonces cuando desarrollaste conductas que te lastiman, lo aprendiste bien de tu entorno, quizás de tu familia, de tus amigos, en la escuela, al ver televisión, y en cada acto que impactó tu vida y programó tu subconsciente para ya no necesitar que alguien más te lastimara, ya te tenías a ti para hacerlo, y hacerlo muy bien!
Los hábitos autodestructivos están íntimamente relacionados con una falta de auto-estima, con una carente capacidad de auto-reconocimiento y poca consciencia de tu poder interior.
Para que logres erradicar los hábitos autodestructivos puedes inciar con estos dos pasos:
Hacerte consciente de ellos, reconocerlos como parte de tu programación pero no hacerlos ya partícipes de cada uno de tus días.Recuerda: La auto-observación es clave en la toma de consciencia.
Comenzar a tomar acciones constantes que te alimenten tu ser de afecto, reconocimiento, seguridad, apoyo, placer, inspiración, etc. Es una tarea sencilla, conscientemente decide cada día hacer algo que te alimente y ayude a crecer.
No te preocupes por erradicar los hábitos autodestructivos de la noche a la mañana, esos se irán para siempre de tu vida en la medida que desarrolles nuevos hábitos auto- constructivos que te lleven a vivir cada día de tu vida en la mayor felicidad, gratitud y plenitud por existir.
💗."En amor y en conciencia Circe Rodríguez"🌸.