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El principio de dualidad


Yin Yang

Masculino – Femenino




¿Qué es la dualidad?

Es la existencia de dos cosas al mimo tiempo.

Dos cosas que son opuestas pero que al mismo tiempo se complementan de manera perfecta para un correcto fluir en la vida.


Para el ser humano la dualidad va más allá de su género: hombre o mujer, ya que se refiere principalmente, a la existencia de energía masculina y femenina en ti.


Toda persona contiene ambas energías, sin embargo en muchas ocasiones por creencias limitantes, generas bloqueos que impiden la manifestación correcta y adecuada de esta energía, derivando en problemas físicos, mentales y emocionales.


En la dualidad, ninguna energía es mejor que otra, las dos son necesarias e indispensables en tu correcto vivir, el problema viene cuando no hay un equilibro de las mismas en lo que haces. Porque comienzas a desarmonizar tu ser interno y esto se refleja en tu postura corporal, en tu estado de salud, en tu economía, en tus relaciones… en todo!


Este desequilibrio se generó en tus primeros años de vida, cuando se crearon en tu subconcientes improntas que hoy repites en piloto automático y que corresponden al rol principal que en ese momento consideraste la mejor opción para sobrevivir. De pequeño decidiste si era mejor actuar de manera masculina o femenina.


Es importante mencionar que cuando hablamos de dualidad no se refiere a preferencia sexual, ese es otro tema muy distinto ya que, como te menciono, todos poseemos ambas energías, simplemente que tu te sientes más cómodo y seguro con una de ellas.


Quizás eres del sexo femenino pero tu rol en la vida es principalmente masculino, ¿esto qué quiere decir? Que lejos de fluir de manera natural con la energía femenina de cuidar, recibir, pasividad, nutrir, etc. Tiendes más a la energía masculina de dar, proveer y hacer. Generando un conflicto en tu interior ya que no permites que ambas energías se expresen en el momento correcto desde la dualidad.


Por ejemplo, una mamá preocupada por proveer lo mejor a su hijo, trabaja arduamente, practicamente no lo ve, no lo cuida, no lo alimenta porque está más enfocada en el darle lo material, es muy probable que esta mujer se sienta más cómoda con un rol masculino o que esté reprimiendo a costa de una gran frustración su rol femenino. ¿Qué sería lo correcto? Que esta persona equilibrara ambas energías y, al mismo tiempo que provee de cosas al hijo, lo cuide y lo abrace.


Este principio de dualidad no solamente se refleja en la maternidad y paternindad, sino en absolutamente todas las áreas de tu vida. En tu trabajo, con tus amistades, contigo mismo… Quizás tiendes más a proveerte de cosas materiales, a ser hiperactivo, a no estar en contacto genuino con tus emociones, a dar… Y dejas de lado o “para después” el cuidarte, nutrirte, el ser más pasivo, más receptivo.


El secreto está en equlibrar ambas energías, en armonizar la dualidad de ti y permitir que los actos fluyan en la energía que según correspondan para ti en ese momento. Deja la rigidez e inflexibilidad de lado! Si siempre quieres hacer tu todo, permite que ahora alguien más lo haga, si estás a costumbrado a dar, ahora ábrete al recibir, si tiendes a la actividad constante, entonces fomenta momentos de pasividad.



Practica el principio del Yin Yang, de la dualidad en tu vida… ¿Cómo? Aquí algunos consejos:


1. Toma conciecia de tus actos, ¿son más masculinos o femeninos?

2. Reflexiona de dónde viene esa conducta. ¿Qué rol estás jugando y por qué? ¿Qué se te dijo acerca de ser hombre o mujer?

3. Sé flexible y permítete hacer lo opuesto a lo que de manera natural harías, por ejemplo: Si eres quien acostumbra a decidir qué se hace el fin de semana, ahora permite que alguien más decida y tu en perfecta armonía, acepta y fluye.


En la medida que la dualidad se armoniza en ti, todo tu ser se va relajando, va sanando, te va dando mayor claridad de lo que quieres y haces.


La clave en la rmonización de la dualidad es aprender a fluir, la vida es eso, un ir y venir de energía masculina y femenina, no te estanques en una de ellas. El Yin Yang es infinito y todo el tiempo está presente y en movimiento.


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